Mediante el uso consciente de los elementos de energía, espacio y tiempo, los bailarines aprenden la mecánica corporal, ganan fuerza y flexibilidad, y aumentan el rango de movimiento y coordinación. Los fundamentos de la danza se desarrollan en el contexto de servir ideas expresivas. Se alienta la invención del movimiento a medida que los bailarines crean frases, toman decisiones dentro de una partitura y sintetizan sus experiencias de vida en movimiento.